En una entrevista íntima y profunda, María Ester Sánchez, histórica locutora nacida en Chacabuco y figura emblemática de la radio y la televisión argentinas, recorrió su extensa trayectoria profesional, su vínculo con el barrio, el arte, la docencia y dejó una mirada crítica —pero esperanzada— sobre el presente de los medios de comunicación.

Desde la calidez de su casa en 'La Isla de La Paternal', un rincón verde de la Ciudad de Buenos Aires atravesado por árboles, pájaros y el paso cotidiano del tren, Sánchez contó que las mañanas son su momento favorito del día. 'Yo armonizo con los pajaritos', expresó, dejando ver una sensibilidad que la ha acompañado a lo largo de toda su carrera.

Durante la charla, recordó con emoción su infancia y adolescencia en Chacabuco, evocando calles, vecinos y lugares emblemáticos que marcaron sus primeros años. 'El barrio es mi infancia, como Chacabuco', afirmó, trazando un puente constante entre su lugar de origen y su vida actual.

La entrevista también fue un viaje por la historia grande de los medios. María Ester relató su experiencia junto a Juan Alberto Badía y el mítico ciclo Imagen de Radio, marcando una diferencia clara entre aquella radio llevada a la televisión y el actual fenómeno del streaming. 'Badía no creó el streaming: llevó la radio a la tele, que es otra cosa', sostuvo con contundencia.

Al referirse al presente del periodismo y la comunicación, no ocultó su preocupación. 'Si lo tengo que sintetizar en dos palabras: un desastre', afirmó, cuestionando la falta de ética, vocabulario, respeto y formación profesional. Como docente en instituciones como ICERY y la Universidad de La Matanza, remarcó la importancia del uso responsable del lenguaje y el poder de la palabra, especialmente en la televisión, donde la imagen amplifica el mensaje.

Sánchez también compartió anécdotas de su vida cotidiana y profesional, como el desafío personal de dejar de fumar en una época en la que se fumaba dentro de los estudios de radio. Contó cómo adoptó temporalmente una alimentación vegetariana y prácticas como el yoga para lograrlo, dejando un mensaje claro: 'Sí se puede dejar de fumar, con voluntad'.

Su faceta artística ocupó un lugar central en el relato. Antes que locutora, fue cantante y actriz. Integró un grupo folklórico en Chacabuco, estudió comedia musical con Pepe Cibrián, y se formó con destacados maestros del teatro. Fue además la primera mujer en conducir festivales de rock, rompiendo estructuras en un ámbito históricamente dominado por hombres.

Recordó con orgullo sus trabajos en teatro, televisión y espectáculos musicales, así como su participación en cafés concert en la mítica Botica del Ángel. Entre risas y emoción, dejó ver una carrera construida a base de curiosidad, esfuerzo y pasión.

Consultada por su paso por la Fiesta Nacional del Maíz, señaló que participó una sola vez acompañando a Juan Alberto Badía y expresó, sin reclamo pero con honestidad, que siente una deuda pendiente de reconocimiento por parte de su ciudad natal, a pesar de haberla representado durante décadas en escenarios nacionales.

El cierre de la entrevista estuvo marcado por el recuerdo de uno de los momentos más inesperados de su carrera: el Martín Fierro recibido en 2024. Un premio sorpresa, sin nominación previa, que la emocionó profundamente y que llegó como un reconocimiento a toda una vida dedicada a la radio, la cultura y la palabra.