Mauro Rozza: constancia, pasión y un sueño mundial con sello chacabuquense

El atleta chacabuquense Mauro Rozza atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera deportiva. Reconocido recientemente como Personalidad Destacada de Chacabuco y ubicado como el sexto mejor argentino en la última Maratón de Buenos Aires, el corredor de 38 años se prepara para cerrar un año cargado de logros y comenzar a proyectar uno de los desafíos más importantes de su trayectoria: la Maratón de Berlín 2026, una de las competencias más prestigiosas del atletismo mundial.

En diálogo radial desde Buenos Aires, donde reside actualmente, Rozza compartió detalles de su presente deportivo, su forma de entrenar, la importancia del descanso y el valor emocional que tiene para él representar a su ciudad natal en cada competencia. 'Siempre es especial ser reconocido en el lugar de uno. Trato de llevar a Chacabuco lo más alto posible', expresó con gratitud.

Rozza explicó que su año deportivo se organiza junto a su entrenador —con quien trabaja desde hace más de una década— en dos grandes etapas, con objetivos fuertes por semestre. Al finalizar la temporada, el descanso ocupa un lugar clave: durante dos o tres semanas baja considerablemente las cargas de entrenamiento para permitir que el cuerpo asimile el esfuerzo acumulado. 'Aunque cueste desconectarse, el descanso es fundamental, tanto física como mentalmente', remarcó.

Uno de los ejes centrales de la charla fue la Maratón de Berlín, que se disputará el 27 de septiembre y recorrerá los tradicionales 42 kilómetros. Rozza destacó que se trata de una carrera ideal para buscar marcas personales, por su recorrido plano, clima favorable y el altísimo nivel competitivo, con cerca de 50 mil participantes y frecuentes récords mundiales. 'Es una motivación enorme. Correr rodeado de atletas de elite y en grupo puede marcar la diferencia', afirmó.

Para llegar en óptimas condiciones, el atleta proyecta realizar una preparación en altura en Cachi, Salta, un sitio elegido por corredores de alto rendimiento de todo el país. Allí, según contó, la experiencia va mucho más allá de lo deportivo: 'Es entrenar, comer y dormir, pero también aprender de la vida, compartir con otros atletas y crecer como persona'.

Rozza también recordó sus inicios en el atletismo, que comenzaron recién a los 25 años, tras la pérdida de su padre, quien había sido maratonista. 'Empecé a correr como una forma de escape, como una motivación personal. Nunca imaginé llegar a este nivel', confesó. Desde aquellas primeras vueltas a una pequeña plaza porteña, sin reloj ni planificación, hasta hoy, el crecimiento fue sostenido gracias a la constancia y la disciplina.

En cuanto a la alimentación, explicó que no sigue una dieta estricta, pero sí equilibrada y adaptada al alto desgaste físico, con fuerte presencia de hidratos de carbono y proteínas. Reconoció que durante el descanso se permite algunos gustos, aunque el propio cuerpo suele marcar los límites.

Consultado sobre las dificultades del entrenamiento cotidiano, relató anécdotas que van desde esquivar el tránsito porteño hasta convivir con perros sueltos en caminos rurales. Sin embargo, aseguró que disfruta especialmente cuando puede entrenar en Chacabuco, en zonas de campo, lejos del ruido y los autos.

A lo largo de la entrevista, Rozza subrayó valores como la disciplina, la constancia y la confianza en el proceso, pilares fundamentales para sostener una carrera de alto rendimiento. 'No hay un solo entrenamiento que te haga mejor atleta; es el trabajo de todos los días', reflexionó.

Finalmente, se mostró emocionado por el reconocimiento de la gente y por convertirse, sin buscarlo, en referente para otros corredores. 'Eso llena el alma y hace que todo el esfuerzo valga la pena', concluyó.

Con la mirada puesta en Berlín y el corazón siempre en Chacabuco, Mauro Rozza sigue corriendo no solo por marcas y objetivos, sino por pasión, superación y amor al deporte.