Sebastián Poltrone, atleta paralímpico de Chacabuco, fue distinguido como Mejor Deportista Local del Año, un reconocimiento que premia no solo sus resultados deportivos, sino también una trayectoria marcada por el esfuerzo, la constancia y el compromiso con el atletismo adaptado.

Durante la entrevista, Poltrone expresó su profundo agradecimiento por la distinción, señalando que el premio representa años de trabajo, entrenamientos exigentes y el orgullo de representar a Chacabuco en competencias nacionales. Destacó especialmente el acompañamiento de su entorno y el rol fundamental de Lisandro Muhoberac, referente de la escuela paralímpica y entrenador con proyección nacional, quien ha sido clave en su desarrollo deportivo.

Entre sus logros más recientes, el atleta se refirió a su participación en un torneo disputado en Ushuaia, competencia que funcionó como cierre del calendario anual. Además de lo deportivo, resaltó el valor de la experiencia integral, que combinó competencia y turismo, gracias a beneficios y descuentos gestionados por organismos oficiales.

Poltrone también explicó las dificultades económicas que implica competir en el alto rendimiento paralímpico en Argentina. Para poder viajar y participar en torneos, él y su familia organizan rifas y eventos solidarios, destacando el fuerte apoyo de la comunidad local, que se convierte en un pilar indispensable para sostener su carrera.

En cuanto a su rutina diaria, contó que entrena hasta dos veces por día, de lunes a sábado, combinando el deporte con sus obligaciones laborales. Sus entrenamientos incluyen sesiones de gimnasio, trabajo específico de lanzamiento y preparación física adaptada a su categoría F34, donde las competencias se realizan desde una posición sentada.

Debido a su condición de parálisis cerebral, el enfoque del entrenamiento está puesto principalmente en la fuerza del tren superior, la elasticidad y la flexibilidad, sin descuidar el fortalecimiento de las piernas, clave para la salud general y la prevención de futuras complicaciones. A esto se suma un trabajo creciente en el plano mental, con técnicas de respiración y concentración para optimizar el rendimiento competitivo.

El atleta también remarcó la importancia de la nutrición, el descanso y la recuperación. Acompañado por profesionales, adaptó sus hábitos alimenticios, incorporó suplementación responsable y modificó rutinas de sueño, entendiendo que el rendimiento no depende solo del entrenamiento, sino de un equilibrio integral.

Mirando hacia el futuro, Poltrone se mostró ambicioso y motivado: uno de sus próximos objetivos es superar la marca de 9,40 metros en lanzamiento, consciente de que el progreso es gradual y exige planificación a largo plazo. Finalmente, subrayó el valor humano del deporte, las amistades que se construyen en el camino y su rol como referente para atletas más jóvenes, reafirmando su compromiso con el crecimiento del deporte paralímpico en la comunidad.